Economía
Traducido del original escrito por Peter Schiff en septiembre 30, 2010 http://www.europac.net/commentaries/race_bottom
Hace tiempo atrás, antes que los modelos económicos desarrollaran sus actuales niveles de sofisticación, solía ser la meta de la política económica del gobierno llevar a sus ciudadanos a la prosperidad. En otras palabras, elevar el nivel general de bienestar material, y al mismo tiempo reducir la cantidad de trabajo necesario para alcanzar ese fin.
Sin embargo, debido a las tonterías expresadas por economistas modernos, el éxito ya no se mide en esos términos, en cambio, los gobiernos simplemente buscan "pumpear" los niveles nominales del Producto Interno Bruto (PIB, GDP=Gross Domestic Product) y al mismo tiempo atienden las necesidades de las "clases políticas" arraigadas. Mientras que las exportaciones alimentan directamente el PIB, la devaluación de la moneda ha sido ampliamente utilizada como medio para impulsar las exportaciones y así alcanzar la "prosperidad" que todos deseamos.
En este modelo la venta es un fin es sí misma. No se le da atención alguna a las consecuencias (obviamente negativas) de la degradación de una moneda: disminución de poder adquisitivo y degradación del nivel de vida.
Hace mucho tiempo atrás en el siglo 20 la moneda de una nación era vista como las acciones de una compañía. La fiabilidad, la competitividad, y el crecimiento de la economía nacional por lo general era traducido en una moneda fuerte. Este sistema tenía sentido.
Las naciones que ofrecían el terreno mas fértil para invertir capital o que hacían productos que otras naciones querían, atraían fondos del extranjero. La demanda por la moneda de estos países (también llamados "blue chip contries"-naciones con fuerte moneda, la cual era necesaria para invertir o comprar localmente) impulsaría inevitablemente el valor de la moneda. Así muchos de los accionistas de compañías exitosas son recompensados con monedas fuertes con la cual pueden comprar mas bienes y servicios ambos domésticos e internacionales subiendo así sus estándares de vida.
Pero todo eso ha cambiado en los últimos años. Con una estrategia que parece ser tomada del libro de juegos de Sam Walton, los gobiernos ahora buscan ganar cuota de mercado (market share) de competidores mediante la reducción del costo de sus exportaciones. Para hacer esto han adoptado una política tipo "mendígate a ti mismo" (beggar-thyself policy) de devaluar su moneda habitualmente.
Aunque esta movida puede beneficiar a aquellos que compran los productos, es una carga para los propios trabajadores del país que, como los empleados de Walmart, tienen que sobrevivir con salarios de subsistencia. Mientras a los mercados le gusta un proveedor de bajo costo, este no es un nicho que todos pueden o deben rellenar. Mientras algunos compiten solo por precios, otros competirán por calidad e innovación. Por cada Kia hay un Mercedes Benz.
Teniendo en cuenta el estatus del dólar (US) como moneda reserva del mundo, la posición de EEUU como el consumidor mas grande del mundo, y las influencias que las compañías de exportación tienen en los gobiernos, la caída del dólar es un issue difícil de ignorar para muchos países. Y ahora con la llegada inminente del segundo "round" de QE2 (Quantitative Easing) de la Reserva Federal, los grandes cañones de la destrucción del dolar están cargados. La movida parece estar a punto de desencadenar una frenética carrera hacia el fondo de las monedas mundiales lo que tendrá consecuencias importantes para todos los inversores. Lamentablemente esta es una carrera que los EEUU está a punto de ganar.
El objetivo de los que tratan de ganar la carrera hacia el fondo es promover las exportaciones y crear puestos de trabajo. Sin embargo la gente no trabaja solo por su amor al trabajo. Ellos trabajan para poder ganar el dinero suficiente para consumir las cosas que necesitan y desean.
En condiciones normales una nación solo exporta su producción, en lugar de consumirla domésticamente, para aprovechar sus ventajas comparativas. Si un país puede producir un bien en específico de manera eficiente, puede negociar ese bien por otro que no produce eficientemente en casa. Como resultado de este proceso, sus ciudadanos son capaces de consumir mas bienes que si el consumo estuviese limitado a bienes producidos domésticamente.
Sin embargo cuando un gobierno devalúa su moneda para ganar ventas en el extranjero, el país gana menos divisas (dinero) por la mercancía que exporta. Como resultado la ventaja comparativa se embota y sus ciudadanos consumen menos. En otras palabras, a medida que declina la moneda de una nación, sus ciudadanos se ven obligados a trabajar mas por menos.
Si una tienda por departamento decide tener una venta especial en la que toda su mercancía fuese marcada con un 50% de descuento, seguramente va a vender mucho mas cosas. Sin embargo ganaría mucho menos que si su mercancía hubiese sido vendida a precio regular. Así es como funciona la devaluación de la moneda. Del mismo modo, una manera de hacer que los desempleados tengan trabajo es que acepten salarios mas bajos. Los empleados pueden vender mas su labor si aceptan recortes salariales de 50%. ¿Están mejor como resultado de esto? Relativo a estar desempleado, sí, pero estarían mucho mejor si se les emplea a tiempo completo.
La semana pasada el Ministro de Finanzas de Brazil, Guido Mantenga hizo titulares cuando mencionó que una guerra de monedas en todo el mundo se estaba gestando, con el ganador siendo la nación con la mas débil moneda. Ignorando la ironía de porque los países quieren devaluar sus monedas, Mantenga advirtió que el conflicto se podría salir de control y desestabilizar la economía global. Sus comentarios se produjeron a raíz de los esfuerzos de manifiesto tanto por los gobiernos de Japón y Suiza de intervenir en los mercados para empujar hacia abajo sus respectivas monedas.
Las políticas de intervención monetaria son muy simples. La economía de Japón es dominada por grandes manufactureros que exportan muchos productos a EEUU. El problema es que los americanos ya no tienen capacidad de comprar las cantidades de productos que compraban hace unos años atrás. Así que en lugar de buscar nuevos clientes con mas dinero para gastar, los fabricantes japoneses usan su influencia política para forzar un "rescate" (bailout) de sus tradicionales clientes japoneses.
En esencia, con el fin de proteger el status quo de las "elites", los gobiernos están obligando a los trabajadores a aceptar recortes salariales a través de la inflación. Todo el mundo trabaja mas duro pero el esfuerzo no aumenta los niveles de vida. De hecho, a pesar de los nuevos empleos, el consumo en general se reducirá.
La ironía para EEUU es que su plan de devaluación del dólar no tiene mucho que ver con salvar puestos de trabajo que se exportan actualmente. Ya no quedan muchos de esos que salvar. El gobierno está degradando su moneda solo para pagar sus propios "billes", preservar las ganancias de los bancos y bonos de Wall Street, permitir que muchos sigan comprando casas que no pueden pagar y prevenir que muchos trabajadores del sector de servicios se muevan a trabajos mas productivos. En cambio, perpetuarán un modelo económico disfuncional. Así que mientras EEUU probablemente gane en la guerra de las monedas, definitivamente se perderá la mucho mas importante batalla para mejorar nuestra calidad de vida.
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